Imaginemos un país donde existe un 5 % de la sociedad con ingresos muy altos , 10 % con ingresos a nivel del norte europeo y el resto ( 85 % de la sociedad ) , con ingresos equivalentes al 40 % de la renta del europeo del norte medio .
La industria automovilística ( por ejemplo ) en ese país tendrá un futuro penoso salvo en el caso de las berlinas alemanas y sus competidores más directos .
La fabricación de automóviles por cuenta de otros ( empresas propiedad de otros países distintos del que aquí consideramos ) sólo mantendrán sus inversiones si la demanda en el país de nuestro ejemplo es suficientemente alta y con la estructura de distribución de la riqueza que hemos considerado en nuestro ejemplo , es evidente que la demanda no es suficiente para justificar la inversión .
Habrá quienes digan ,» ..bueno esas fábricas pueden siempre vivir de la exportación…» No , eso no es factible . Las empresas matrices sólo mantendrán la inversión en dicho mercado si su filial es capaz de exportar a unos precios que justifiquen no trasladar la producción al territorio al que pertenece la empresa matriz o a otro país con mayor potencial de demanda o con unos costos de fabricación inferiores . Esos precios «transfer» acaban por convertirse en una exportación de riqueza .
Si no hay demanda local suficientemente alta no hay futuro .
Los países con una clase media corta y/o de bajo poder adquisitivo , acaban por perder toda su industria a menos que sus costos y salarios sean tremendamente bajos y esta última solución no hace sino condenar el país a una larguísima etapa de nulo o bajo crecimiento sin creación de riqueza .
La única forma de evitar la desaparición o empobrecimiento crítico de la clase media , es la puesta en marcha de políticas fiscales que tiendan a una mayor distribución de las rentas y estímulos a las empresas capaces de producir productos y servicios con gran valor añadido que implican puestos de trabajo bien remunerados a una mano de obra de alta formación .
Las políticas fiscales ancladas en estereotipos caducos y mal entendidos por políticos de escasa preparación , son las culpables de la creación de burbujas y la desaparición de la clase media .
La utilización de una política crediticia prolongada en el tiempo , como sucedáneo para estimular la demanda por encima del poder adquisitivo real de la clase media , no conduce sino a un endeudamiento que propicia burbujas y embarga el crecimiento futuro .
El excedente de liquidez debe ser estimulado para dirigirse a inversiones a largo en proyectos y empresas de gran valor añadido en lugar de a inversiones especulativas .
Brahmason
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